Con la llegada del frío, los amantes del marisco se les hace la boca agua porque saben que empieza el tiempo para degustar una buena ración de erizos de mar. En nuestra cocina, y en plena temporada, que empieza en noviembre y se alarga hasta el mes de abril, los erizos de mar ganan terreno, adquiriendo un protagonismo indiscutible.
Aún que parezca que por su aspecto es un producto difícil de trabajar, no es así. A pesar de sus púas, es agradecido y fácil de trabajar porque, hagas como lo hagas, siempre reserva un punto de gusto a mar que lo hace muy característico y auténtico. De hecho, el periodista Julio Camba, en su libro El Arte de comer, asegura que “no hay ningún marisco que sintetice el mar de una manera tan perfecta como el erizo de mar”.
Además, es un plato típico entre los pescadores del Mediterràneo. Los erizos de mar son capaces de seducir a casi todos los paladares, crudos o hervidos, desde la Costa Brava hasta Cádiz. Y también tienen adeptos repartidos en el Atlántico, desde Irlanda hasta las islas Canarias. Para muchos, y también para nosotros, los erizos de mar más apreciados son los gallegos, que destacan por un sabor todavía más intenso.
Si todavía no los habéis probado, debéis saber que, detrás de un sabor exquisito, tirando a dulce que se funde con el sabor salado del océano, los erizos de mar tienen un alto contenido nutriente en hierro, proteínas y yodo. En El Hogar Gallego nos encanta trabajar con este producto exquisito porque nos da múltiples opciones, todas ellas deliciosas. ¿A qué esperas para disfrutar de un buen plato de erizos de mar con nosotros?